Aquí estamos! Aquí volvemos! ¿Ya es hora no? Tiene que ser ahora el momento de dar millones de explicaciones de por qué he tardado tanto en hacer esto post. Primero, como saben todos lo que andan por aquí y también leen mi blog (guiño, guiño, Jonan, guiño, xD) hemos tenido una maldita y odiosa semana de exámenes, por la que además, pasaremos al menos una vez al mes. En segundo lugar tampoco tenia muy claro de que quería hacer el post, después de terminar con la Trilogía de la Casa de la Pradera.
Finalmente, decidí tomar el siguiente asunto que suele despertar más curiosidad en occidente acerca de China: su comida. Sin embargo, no quería hacerlo de comida de verdad, de restaurante. Hemos comido en tantos restaurantes, tantos tipos de comida diferente que no podría describir todos y cada uno de los platos que hemos probado. Por eso, he querido limitar el post a las guarrerías. No, maldita sea, sois unos mal pensados. Esa es la tercera cosa que más interesa, tanto aquí, como allí. xD.
En realidad, me refiero a comida basura, las típicas cosas que compras en el LOTUS (léete el post anterior, coño) para complementar una adecuada y aceitosa y salsosa (o salsera) dieta china. Patatas fritas, refrescos, cosas varias para el desayuno, cerveza… bueno, ya sabéis, todas esas cosas que uno no puede comer (ni beber) pero que come (y bebe), vamos que si come… (y vaaaaaamos que si bebe!!!! xDD!) siempre y ambas, en las cantidades no adecuadas, aunque con consecuencias diferentes.
Sin embargo, (ohhhhhh!!!) la bebida la voy a dejar para el próximo post porque esto pinta largo sólo con la comida, y no quiero ir de mas a menos según voy escribiendo.